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Lúmenes vs Nits: ¿cómo se comparan y porque importan en las pantallas gigantes?
En la actualidad, la cultura del consumidor se ha dirigido un poco más hacia las compras conscientes, es decir, hoy más que nunca las personas recaban un mínimo de información previa al respecto de los productos y servicios que planean adquirir, hacen comparaciones entre distintas marcas que lo fabrican, entre tiendas y proveedores que lo comercializan. Antes, el cliente iba a una tienda para que el vendedor le indicara qué comprar, hoy acude para que el vendedor le brinde información suficiente para que sea el cliente quien tome la decisión.
Para el caso de las pantallas, esto se traduce en la evaluación de distintas características técnicas que antes escapaban al conocimiento del público en general. Esta vez, desde iLed México, te hablaremos de características poco valoradas al momento de adquirir pantallas pero que son cruciales para su desempeño y que están relacionadas con la forma en la que la luz influye en la calidad de la imagen proyectada.
Candela, flujo luminoso y luminancia
Sabemos que al oír la palabra candela seguramente vienen a tu mente personas bailando con mucho sabor o ese entusiasmo tropical típico de la gente de México y el resto de Latinoamérica (nos pasa exactamente lo mismo), pero en esta ocasión nos referiremos al significado físico de esta palabra. La candela es, en fotometría, la unidad que mide la intensidad luminosa y ésta es, a su vez, la magnitud que consiste en la cantidad de flujo luminoso emitido desde un punto en un ángulo sólido.
Por su parte, el flujo luminoso es la magnitud de potencia iluminativa percibida, es decir, el poder con que el ojo humano detecta las distintas longitudes de onda (colores) que componen la luz blanca en todo su espectro. Su unidad de medida es el lumen.
Quizá hasta el momento toda esta información te está pareciendo excesivamente técnica, pero prometemos que todo se volverá más comprensible a medida que avances en esta lectura, pues debes saber el significado de estos términos para comprender el significado de luminancia, la cual constituye el concepto central de este artículo.
En física, la luminancia es la cantidad de luz que fluye hacia una dirección específica sobre una superficie bien delimitada. Siendo que todas las unidades de medida anteriormente explicadas corresponden al SI (Sistema Internacional de Unidades), tomaremos en cuenta como unidad de superficie el metro cuadrado y, si la luminancia implica cantidad de luz fluyendo, este flujo debe calcularse en candelas. Así, la unidad que mide la luminancia es la candela sobre metro cuadrado (cd/m2), a la que también se le conoce como nit.
¿Qué unidad sirve mejor para evaluar la luz de una pantalla LED publicitaria?
En iLed México creemos que, a menudo, es necesario hacer las definiciones científicas pertinentes y después explicar estas nociones para no incurrir en una imprecisión. Habiendo hecho ya las definiciones técnicas, ahora trataremos de explicarte qué diablos son los nits y los lúmenes.
Ambas unidades miden la intensidad luminosa desde distintos factores, pues mientras los nits se refieren a la luz proyectada directamente desde la fuente primordial, los lúmenes se refieren a la luz reflejada en una superficie. El ejemplo al que se recurre más comúnmente en la jerga científica es pensar en los nits como la luz del sol (una fuente directa) y en los lúmenes como la luz de la luna (una superficie reflejante).
Así pues, se puede establecer que un nit equivale aproximadamente a 3.43 lúmenes y tener presente esta equivalencia evitará que seas engañado por números grandes en las especificaciones de los dispositivos que estés considerando comprar. Puedes darte cuenta de que para pantallas de gran tamaño y potencia (especialmente las que están destinadas para uso exterior) resulta más práctico evaluar la luminosidad en nits en vez de lúmenes, ya que una medida en nits arroja números más cortos y por lo tanto estimaciones macro más exactas.
¿Cómo influye la luminosidad en el desempeño de las pantallas LED gigantes?
Al momento de controlar la calidad de la imagen proyectada por una pantalla convencional podemos recurrir a exquisiteces como la exposición, la saturación, el tinte, la temperatura del color, etc.; pero la variable que ha sido y es hasta el momento la más importante en ese sentido es el brillo, pues es la forma principal en la que la luz se hace presente en el funcionamiento de una pantalla y de la que depende la mayor parte de su calidad gráfica. El brillo es, entonces, el principal control de luminosidad en las pantallas.
Ahora bien, si en una pantalla doméstica el brillo puede determinar que se aprecie bien o mal aquello que proyecta, en las pantallas gigantes con fines publicitarios es crucial por el nivel macro de definición que requiere el mensaje que comunican, ya que los contenidos reproducidos en una pantalla con brillo insuficiente difícilmente alcanzarán a ser descifrados por el público sin importar qué tan gigantesca sea dicha pantalla.
He aquí otra de las grandes ventajas de la tecnología LED en pantallas, pues aún cuando son usadas con la luminosidad al máximo su contenido gráfico sigue siendo plenamente visible. Por ello, son la mejor opción cuando se trata de publicidad en exteriores.
Elegir el número correcto de nits
Como ya hemos señalado en otras ocasiones, elegir pantallas con especificaciones que rebasen por mucho nuestros requerimientos puede ser tan perjudicial como elegir una que no alcance a satisfacerlos y el caso de la luminosidad no es la excepción.
Las pantallas con tecnología de páneles LED producen un brillo muy por encima del que tienen las otras tecnologías, sin embargo, sabemos a medida que las pantallas tienen mayor potencial de brillo son mucho más caras. También, un mayor valor de brillo produce mayor consumo eléctrico y eso repercute en tus costos de operación. Por lo anterior, es importante que selecciones la pantalla que más exactamente cumpla con tus demandas técnicas, ello evitará que inviertas dinero demás.
En iLed México nos guiamos por un criterio básico de nits que depende del lugar y las condiciones con las que vaya a interactuar cada pantalla que se nos solicita. Una televisión LED doméstica convencional debe tener entre 300 y 500 nits de intensidad luminosa para que su contenido gráfico se aprecie con suficiente definición en las condiciones más comunes que existen dentro de casa, de tal suerte que, para que una pantalla LED gigante dispuesta para interiores pueda transmitir contenido con suficiente iluminación, ésta debe ser de mínimo 1,500 nits, valor que puede elevarse hasta los 3,000 nits para satisfacer los requerimientos grandes más frecuentes; y hasta 4,500 nits cuando inevitablemente la pantalla encarará hacia el sol de manera directa.
Frecuentemente, muchos vendedores engañan a sus clientes recomendándoles pantallas de más de 4,500 nits para interiores y complementan su argumento de venta con el hecho de que son pantallas tolerantes a las inclemencias del ambiente. La realidad es que la presencia o ausencia de las estructuras de protección contra la intemperie no hace ninguna diferencia en la capacidad luminosa de las pantallas LED y además, exceder el valor de nits suficiente puede resultar en una experiencia incómoda y hasta agresiva para los ojos de los expectadores.
En el caso de las pantallas LED gigantes para exterior, 3,000 nits de luminosidad pueden ser efectivos, sin embargo te recomendamos que elijas aquellas con 5,500 nits o más, pues éstas te garantizan muy buena calidad gráfica sin importar las condiciones de luz que imperen en su entorno.
Lógicamente, una de las primeras preocupaciones que surgen al adquirir una pantalla LED gigante para exteriores es el consumo energético que tendrá debido a la gran capacidad luminosa que requiere y los gastos que de ahí se generen. Afortunadamente, en la actualidad muchas de estas pantallas incorporan en su estructura un sensor que controla el brillo de los páneles LED según las variaciones de luz del lugar donde se encuentren debidas a horario y clima, principalmente. La ingeniería de este mecanismo consiste principalmente en un foto-receptor que se almacena en un contenedor completamente a prueba de agua, por lo que está protegido de las condiciones medioambientales del exterior. Este sensor hace que el control de brillo sea completamente automático y produce beneficios en tres sentidos: produce un ahorro sustancial al reducir los costos por consumo energético y desgaste de consumibles relacionados directamente con el sistema de luminosidad, optimiza considerablemente el tiempo que se le debe dedicar a la operación de la pantalla y asegura la máxima calidad en las imágenes (tanto estáticas como videos) que reproduzca, al tener siempre el nivel de brillo adecuado para la mejor apreciación por parte de los expectadores que sean alcanzados por su mensaje publicitario.
Otro mecanismo de control de la luminosidad es el sistema remoto programable, a través del que se pueden asignar distintas configuraciones de brillo a la pantalla asociadas a un horario. Desde luego, su desventaja es que no responden a los cambios de luz ambiental inesperados del entorno, en su lugar mantienen la configuración predeterminada en todo momento.
En conclusión
Si quieres medir la luminosidad de una pantalla, es mejor guiarte por los nits porque indican la cantidad del flujo de luz desde la fuente directa y no desde una indirecta como lo hacen los lúmenes. Además, los nits arrojan números más pequeños que los lúmenes, lo que evita que te puedas crear una falsa expectativa a partir de un número grande.
Elige la pantalla cuyas especificaciones se acerquen más a lo que necesitas, pues exceder tus requerimientos repercutirá principalmente en tus finanzas.